Si las ventanas de tu hogar u oficina están demasiado viejas o muy deterioradas, y has tomado la decisión de cambiarlas, no esperes más. En Tu Ventana de Aluminio.com te contamos cómo hacerlo de una manera rápida y sencilla.
Las ventanas de aluminio necesitan de un mantenimiento periódico, comprobando que el sellado sea el correcto, y vigilando que las bisagras o rieles funcionen con normalidad.
Y es que una ventana deteriorada es sinónimo de paso de humedad, frío o calor a la estancia. Y por lo tanto, de molestias e inestabilidad innecesarias dentro del hogar o despacho.
A la hora de elegir nuestras nuevas ventanas de aluminio deberemos tener en cuenta el tipo de cristal que queremos instalar. Si escogemos una con doble acristalamiento, deberemos tener en cuenta que se podrá ahorrar en torno a un 50% de calefacción en invierno, y de climatización en verano.
Para que la ventana se ajuste perfectamente al marco, deberemos medir el vano de forma exhaustiva y sin margen de error. Está recomendado que el vano en el que va a ir inserta la ventana, tenga entre 5 y 15 milímetros más que ésta.
Al sacar la ventana antigua es preciso reparar el vano en el que estaba inserta. Para ello, se suele limpiar con una espátula y reparar con masa de estuco o yeso las imperfecciones que hayan podido aparecer al retirar la ventana antigua.
El siguiente paso será nivelar nuestra nueva ventana de aluminio a través de cuñas. Para comprobar que la ventana está correctamente colocada, utilizaremos un nivel de burbuja.
Finalmente, con un taladro y la broca adecuada fijaremos nuestras nuevas ventanas de aluminio al marco correspondiente.
Si entre el vano y la ventana ha quedado algo de espacio, éste deberá ser cubierto con espuma de poliuretano a través de un dosificador.
En el lado exterior de nuestras nuevas ventanas de aluminio deberemos sellar todas las juntas con un sellante acrílico.