Historia de las ventanas

Para conocer el presente se debe saber del pasado y en el tema de las ventanas es interesante conocer de donde proviene la palabra y otros aspectos relacionados.

Desde el punto de vista etimológico, la palabra ventana deriva del latín ventus o viento porque hace referencia a la posibilidad de proporcionar ventilación.

En la antigüedad, también era utilizada la palabra finistra o fenestra porque así se definía en griego y latín.

Primeras formas de ventanas

Historiadores refieren en sus textos la forma en que el hombre comenzó hacer uso de las ventanas por primera vez.

Al inicio, el hombre abría huecos en las fachadas o muros de las viviendas como una forma de permitir la entrada de la luz o del aire y que luego podían ser tapadas con paja o madera.

El porqué de la ventana

Toda solución nace de una necesidad y así fue el caso de la ventana que se creó para aportar soluciones en cuanto a resguardo de las inclemencias del tiempo pero a la vez, permitiendo entrada de aire y luz natural.

Por otra parte, el hombre necesitaba limitar la presencia de extraños en sus hogares y al igual que las puertas en las casas, las mismas aportaban privacidad y seguridad.

Posteriormente, el hombre se daría cuenta de la importancia en lo estético y es así que comenzó a intégralas a los espacios como un elemento funcional pero también decorativo.

Incorporación del vidrio en las ventanas

No fue sino en el siglo XVII cuando el hombre incorpora el vidrio a la ventana; el mismo, era sostenido por un bastidor o tabla de madera.

Ya para el año 1840 se comienza a utilizar el vidrio plano pues resultaba más económico.

En 1959 se crea el sistema de flotado que consiste en la incorporación de vidrios grandes, de calidad y con espesor uniforme.

Ventanas hoy

Luego de muchos años, la fabricación de ventanas ha roto esquemas y traspasadas fronteras de todo tipo y hoy por hoy resulta todo un negocio en el mercado con alta demanda.

Actualmente, las más solicitadas son las ventanas correderas, abatibles, oscilobatientes y de guillotina, por ejemplo.

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